El T-MEC (tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá) entró en vigor el pasado 1° de julio; posteriormente, el 8 del mismo mes el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió a una cita con el presidente de Estados Unidos Donald Trump; al presidente se le olvidaron los insultos y los agravios del mandatario estadounidense a los mexicanos.
Doble fardo impuesto por la economía norteamericana; por un lado, la firma del T-MEC es la firma de un convenio que garantiza condiciones ventajosas para la comercialización de los productos norteamericanos y el sometimiento de la economía mexicana a los intereses de los grandes capitalistas del vecino del norte, por otro lado, la sumisión indignante ante el poderoso.Nada nuevo, lo mismo de siempre, sólo que ahora a la luz del día, sin ambages.
La crisis sanitaria generada por la pandemia de covid-19 pone al descubierto la crisis económica que vive nuestro país desde antes de la pandemia, según los datos oficiales aportados por el Inegi, que nos refiere la contracción de la economía desde el último trimestre del año 2019 y el primero de 2020, crisis que se agudizó durante la cuarentena, que arrojó al desempleo a cuando menos 12 millones de mexicanos, en una situación verdaderamente crítica por la falta de un sistema de salud adecuado para todos los mexicanos, el hecho de que la economía mexicana se encuentre en franca recesión y sus consecuencias más visibles como el incremento de la pobreza y el desempleo, estas circunstancias nos permiten adelantar que nuestra economía no puede, no podrá resistir la competencia de los productos de Estados Unidos y Canadá y que seremos como lo hemos sido hasta hoy sólo mano de obra barata, que seguiremos maquilando para las grandes empresas de capital norteamericano, nos permite ver que nuestra dependencia hacia el vecino del norte en materia económica, se hará cada vez mayor.
Resulta que Andrés Manuel López Obrador ahora sí reconoce el incremento de la pobreza y el desempleo; reconoce que ahora se suman a los pobres otros 16 millones de pobres, que el número de personas en pobreza extrema pasara de 22 a 38 millones de mexicanos, según un informe del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).El presidente de México por fin reconoce la crisis económica.El colmo del cinismo, sólo hay que recordar que antes negaba la crisis económica, la ocultaba o minimizaba su importancia, al grado que llegó a asegurar que ya no operaban las viejas concepciones económicas, que el fondo del problema era la corrupción, recientemente se atrevió a desmentir los datos que aportaban las instituciones oficiales para medir la pobreza y en lugar de los indicadores reconocidos en materia económica dijo que estaba elaborando un "indicador alternativo", con tales despropósitos no sólo exhibió su ignorancia en economía sino que pudimos ver cómo miente y manipula los datos oficiales.
Pues bien, la visita del presidente a los Estados Unidos de Norteamérica nos dice fue para reactivar la economía, para afrontar la crisis económica que ahora sí reconoce, así justifica dicha vista.
Ahora, también reconoce la pandemia y sus terribles efectos, dice que para afrontarla está "derramando recursos desde abajo hacia arriba"; por eso, nos dice, ya entregó más de un millón de 4 millones de créditos programados para entregar durante la pandemia, con una inversión de 88,017 millones de pesos.Supongamos que es cierto, que se hizo entrega de ese recurso, si dividimos la cantidad de dinero entregada (88,017 millones de pesos) entre los 38 millones de mexicanos en pobreza extrema que ya reconoce si existen, entonces tenemos que sólo entregó a esos 38 millones de mexicanos la fabulosa suma de $2,316 (dos mil trescientos dieciséis pesos), durante el periodo del confinamiento que ya son más de tres meses, ¿Quién vive con eso?
Desafortunadamente, sabemos que no hay apoyos del gobierno para enfrentar la crisis, por el contrario, desde su arribo al poder político el presidente se ha dedicado a suprimir programas sociales y a recortar el presupuesto de municipios y dependencias, todo en perjuicio del pueblo pobre de México.
Los pobres de México, la inmensa mayoría de la población, tenemos que ver que las mentiras y desatinos del presidente se deben a su ignorancia, pero sobre todo que obedece a los intereses del gran capital.
Es necesario que veamos la necesidad de cambiar el modelo económico por uno nuevo, capaz de enfrentar la crisis económica y sanitaria, de lo contrario seguiremos dependiendo de la economía norteamericana en detrimento de la economía mexicana; tendremos un mayor número de desempleados y la pobreza se incrementará.
Para cambiar de modelo económico se requiere cambiar al partido gobernante, que ha demostrado su incapacidad para resolver los graves problemas del país y nos ha llevado a un despeñadero, debemos hacerlo por la vía democrática, mediante el voto razonado y consciente.
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